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LOS PRIMEROS SIGLOS
En el 709 llegan las tropas de Musa ben Nusayr y tras la inútil resistencia de Tánger, Ceuta se rinde en un pacto que permitiría a sus habitantes mantener sus costumbres y creencias, naciendo una de las primeras comunidades mozárabes de las que se tienen noticia.


Mediada esa misma centuria la Medina Sebta servirá de refugio a la caballería siria que al abandonarla será arrasada por los beréberes en el 742. Reconstruida por las tribus cercanas, en el 931 es conquistada por Abderrahman III para el Califato de Córdoba.


Durante este período la ciudad edifica nuevas murallas y puertas, parte de las cuales se han encontrado recientemente, paralelas al Foso Real. La prosperidad que encuentra unida al Califato hará de ella destino de comerciantes cristianos marselleses, genoveses, pisanos... que pronto se afincan en sus arrabales.

 

REVOLUCIONES E INVASIONES
La caída del Califato cordobés a manos de los hammudíes da lugar a frecuentes revueltas independentistas que hacen de Ceuta una Señoría independiente en 1061, con Suqut al-Bargawati al mando. Es un período corto, que termina en 1084 con la invasión almorávide de Yusuf Ibn Tasufín, cuyo hijo y sucesor Alí ibn Yusuf ibn Tasufín nacería en Ceuta.


En el siglo XII la tranquilidad viene dada por los almohades que no siempre dominarán la ciudad. Por ejemplo en 1147 una revuelta pondría a la Medina Sebta bajo el poder de un ceutí de gran importancia en la intelectualidad medieval: el Cadi Iyad.


En la centuria siguiente se percibe cierto declive en las relaciones comerciales con las potencias europeas. Un tráfico que se verá perjudicado por movimientos que perseguían un mayor cumplimiento religioso dando lugar a martirios como el de San Daniel y sus siete compañeros franciscanos, que hallaron la muerte en la Ciudad el 10 de octubre de 1227.

 

EL FINAL DE LA DOMINACIÓN ISLÁMICA
A mediados del siglo XIII Ceuta cae en la órbita del reino de Murcia, aunque continúa tributaria de los almohades, y luego lo será de los hafsíes de Túnez, hasta que una flota mariní-aragonesa la conquiste para los benimerines en 1273. Aún habrá otro período de dependencia peninsular, esta vez de los nasríes granadinos entre 1305 y 1309, que interrumpirá la flota mariní-aragonesa ese último año.


Mariníes y granadinos seguirán luchando en el Estrecho en las décadas siguientes. Ceuta se debatirá entre unos y otros hasta que después de una nueva dominación granadina, ente 1384 y 1387, se hagan con el poder los mariníes, quienes serán los que hayan de enfrentarse al poder de la flota de Juan I de Portugal.

 

La conquista lusitana pondrá el punto y final a un período medieval en el que pocos momentos de paz y de gobierno firme pudieron disfrutar los pobladores de la Medina Sebta, ora dominada por los del norte, ora por los del sur, cuando no plenamente independientes.

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