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Bandera de Reino Unido
Bandera de Portugal
Bandera de Francia

Durante el siglo XVIII los Borbones tratan de integrar la administración ceutí en la española, pero siempre chocando con la resistencia de los ceutíes, que consideran sus instituciones fruto de su derecho foral.


La negociación será dura, y cada concesión real llevará aparejada la negociación de alguno de sus privilegios. Sin embargo, los beneficios obtenidos serán notables.


El siglo XVIII comienza con la ciudad cercada y continúa con otras dificultades bélicas y epidémicas más. Sin embargo, en lo que a la urbe se refiere, da lugar a la fundación de una nueva población, sobre la Almina.


La necesidad de nuevas fortificaciones y de llevar el ejército a sus proximidades, así como de proteger a la población civil obliga a construir nuevos barrios en la Almina, alrededor de un eje que será la Calle Real, con dos caminos de ronda al norte y al sur –la Marina y el Recinto– con toda clase de servicios como hospitales, iglesias, conventos, mercados...


ARRASTRADOS POR EL LIBERALISMO
La españolización estaba consumada en el siglo XVIII, pero ahora faltaba dar un giro al sistema político, y para ello sería esencial la proclamación de la Constitución de 1812.

 

Ceuta va a ser uno de los baluartes españoles frente al francés, refugio de nobles y políticos, junto a confinados políticos americanos. Con esa llegada de personas e ideas todo se transforma y una de las primeras cosas será su Junta de Ciudad, ahora Ayuntamiento Constitucional.


Lamentablemente, los vaivenes políticos del XIX harán difícil el progreso como ciudad de Ceuta, pues habrá de convivir con su realidad de plaza militar y presidio. Sin embargo, conseguirá tener una burguesía pujante, generalmente amparada en la masonería, que dará lugar al nacimiento de la prensa, la aparición de centros educativos y la proliferación de lugares de esparcimiento social y de espectáculos que en aquellos tiempos giraban en torno al teatro, los toros y al final el cine.


EL MUNDO CONTEMPORÁNEO
La Guerra de 1859-60 tuvo como consecuencia la toma de conciencia del Gobierno de la necesidad que Ceuta tenía de un nuevo puerto. Además, el nuevo trazado de límites dio lugar a un crecimiento de población que se vería incrementado con el reparto colonial.


En 1912 Ceuta ve con esperanza la instauración del Protectorado Español en Marruecos. Atrás dejaba el Penal y veía como se hacía un nuevo puerto. Sin embargo, el futuro no le deparaba ser la tan ansiada entrada a Marruecos.


La Guerra Civil no trajo más que represión y terminado el Protectorado, la ciudad encontró prosperidad en el cierre de la Verja de Gibraltar, convirtiéndose en un mercado internacional sustitutivo.


Restaurada la Monarquía, se buscaron nuevas alternativas, que han venido dadas tanto por la entrada en la Unión Europea como por el alto grado de competencias otorgado por el Estatuto de Autonomía, teniendo puestas hoy nuestras esperanzas en el turismo cultural.

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