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Bandera de Portugal
Bandera de Francia

La aparición de las ciudades en la antigüedad, excepto grandes fundaciones, se produce de forma tímida y paulatina. Así también ocurre con Septem Fratres.


En un principio, los navegantes de la antigüedad conocían el solar, identificaban el topónimo y utilizaban el fondeadero natural de su bahía. Prueba de todo ello es el descubrimiento constante de piezas del ancla antigua, así como de ánforas púnicas y romanas.


Con posterioridad pudo instalarse algún santuario dedicado a la divinidad y más tarde se llegaría a constituir una pequeña urbe, que se piensa fuera una instalación industrial, concretamente una factoría.


Las factorías de salazones eran complejos murados, con diferentes espacios para la clasificación, maceración y preparación de los pescados. La de Ceuta se extendió desde la plaza de la Constitución al Foso Navegable y a un lado y al otro han aparecido espacios funerarios.


La basílica paleocristiana de Ceuta
La basílica paleocristiana de Ceuta se fecha a mediados del siglo IV y constituye una necrópolis dedicada, quizás, a una mártir cristiana. Es la prueba fehaciente de la existencia de una población cristiana en nuestro solar, trescientos años antes del nacimiento del profeta Mahoma, gracias a la libertad de culto que trajo el Edicto de Milán en 313.


Además conocemos otro recinto sagrado en honor a Isis y no es aventurado pensar que el célebre idolillo de Hércules, encontrado hace alrededor de un siglo, hubiera pertenecido a algún antiguo santuario.

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